Durante el verano, el consumo de algunos alimentos aumenta. Por ello, desde ZM Centro de Odontología Avanzada queremos indicar los productos que deben consumirse con moderación durante esta época, aunque sean muy propicios para la misma:
Granizados: Es una de las bebidas clásicas del verano. Su consumo en esta época del año aumenta considerablemente, ya que consiguen refrescarnos en momentos donde la temperatura es muy elevada. No obstante, este producto está hecho a base de hielo, por lo que puede afectar a las personas que padecen sensibilidad dental. Además, la bebida granizada suele tener un elevado nivel de azúcares, lo que influye en la aparición de las temidas caries. Incluso su alta concentración de componentes ácidos favorece la erosión del esmalte.
Patatas fritas industriales: la rutina alimentaria se ve alterada durante el verano, debido al consumo de alimentos considerados como tentempié. Las patatas fritas son el snack ideal durante las vacaciones, pero su alto porcentaje de almidón facilita que se adhieran entre los espacios de los dientes. El uso del hilo dental será primordial para evitar que sus partículas se acumulen en la dentición, provocando la aparición de sarro (placa bacteriana).
Bebidas deportivas/energéticas: la práctica de deporte en verano supone un mayor consumo de este tipo de bebidas tras finalizar la actividad física. Las altas temperaturas invitan a ingerir estos líquidos, los cuales, normalmente, tienen una gran cantidad de azúcar. Te recomendamos mirar detenidamente la etiqueta antes de su consumo y tomar agua, dado que siempre será la opción más saludable.
Cítricos: Aunque esta categoría de alimentos posee numerosos beneficios para el organismo debido a su alto contenido en vitamina C, hierro y potasio, lo cierto es que su consumo debe ser controlado, ya que una ingesta excesiva de ácido cítrico puede acabar provocando el debilitamiento y la sensibilidad de nuestros dientes. En caso de tomarlos, es importante que dejes pasar unos minutos antes de cepillarte los dientes.
Ketchup y salsas “artificiales”: esta salsa es uno de los acompañantes que nos encontramos con relativa frecuencia en los platos que conforman nuestra dieta diaria, sobre todo, en la de los niños. Pero lo cierto es que este producto es realmente desfavorable debido a sus componentes, como el vinagre y el ácido acético, que dañan el esmalte de los dientes. El consumo de esta modalidad de tomate debe ser, por tanto, moderado, para que no se produzca desgaste dental u otras molestias.